4/10/17

La guerra no tiene rostro de mujer, Svetlana Aleksiévich

Créditos de la imagen: tintaguerrerensedotcom.wordpress.com

Desde que era pequeña me ha interesado la historia y los sucesos que han ocurrido en el pasado. Particularmente las guerras han despertado mucha curiosidad en mí a pesar de no comprender la inhumanidad de los hechos que ocurren en ellas, por eso siempre me sorprendía de la brutalidad de la guerra, de cómo solo la conformaban héroes y villanos, personajes blancos o negros sin explorar el más allá de los datos y de los sucesos lineales de la historia como tal, veía la guerra como cosa de hombres porque esa fue la imagen con la que crecí.

Por eso, toparme con este libro fue salir de la caverna, ya que Svetlana nos muestra el otro lado del cuento, dentro de los mismos hechos históricos. Pero no nos narra esa historia de los vencedores, de los héroes, de los hombres orgullosos de su guerra. Ella aquí, cuenta las historias de esas mujeres que fueron francotiradoras, sargentos, zapadoras, médicos, soldados de infantería, cocineras, mecánicas, que condujeron tanques y también mataron personas, que al igual que los hombres querían sacar de su patria a un enemigo que había llegado a destruir todo lo que era sagrado para ellas, pero todo esto las golpeó desde su humanidad, desde sus miedos frente a la vida y la muerte, mientras afrontaban y cuestionaban esa línea entre lo humano e inhumano.


"Todos somos prisioneros de las percepciones y sensaciones «masculinas». De las palabras «masculinas». Las mujeres mientras tanto guardan silencio (...). Y si de pronto se ponen a recordar, no relatan la guerra «femenina», sino la «masculina». Se adaptan al canon".

Siempre solía pensar en la guerra como algo que los hombres hacen, porque, ¿cómo no?, desde pequeños los niños juegan con soldados y armas de juguete y siempre supuse que algunos  de ellos simplemente volvían reales sus juegos de niñez, pero no sabía del nivel partícipe de las mujeres en las diferentes guerras a lo largo de la historia. No conocía sus relatos, sus sentires. Mientras los hombres son los protagonistas de estas, las mujeres permanecen en el fondo, en silencio. ¿Qué sentían al ir al frente?, ¿qué pensaban cuándo mataban al enemigo?

Y más allá de una objetividad que por ahora no me interesa y una historia que fue vetada tal vez por muchos historiadores por ser relatos considerados como banales, este libro se centra en los pequeños detalles que permiten recrear los sucesos desde otro punto de vista, este libro va sobre los sentimientos, los colores y los olores, habla de esa guerra de las mujeres en un tejido de experiencias desde lo humano y desde lo que llevamos adentro.


"En el centro siempre está la insufrible idea de la muerte, nadie quiere morir. Y aún más insoportable es tener que matar, porque la mujer da la vida. La regala. La lleva dentro durante un largo tiempo, la cuida. He comprendido que para una mujer matar es mucho más difícil."

Esas historias sobre cómo fue tener que usar zapatos de tallas grandes que causaban sangre y ampollas, sobre esos uniformes que no venían con sujetadores, cómo era el ser acosada sexualmente, el cómo era estar embarazada y aun así luchar en batallas, cómo era el ser tratada como un ser inferior solo por ser una mujer en la guerra, el tener que ahogar a su propio hijo bebé para que los gritos del niño no revelaran a sus enemigos la ubicación de su tropa.

Es un libro que para mí fue bello a pesar de lo doloroso y difícil, gracias a este libro pude conocer esa perspectiva de la humanidad durante la guerra y después de esta, una guerra que en esta ocasión es menos película y más sentida, vergonzosa, difícil. Las emociones a flor de piel y los sentimientos de cada mujer rusa cuando luchaban. Incluso en ocasiones las pude sentir, entre líneas, sus angustias, sus dolores, sus miedos.

No sé si en este punto nosotros manejamos el patriotismo que empujaba a estas mujeres a actuar y a ir al frente y de impulsar ese deseo de salvar lo que conoce y ama. Yo personalmente no sé qué decisión tomaría en una situación como esas. Yo no conozco dicha valentía. Pero sí puedo hablar y entender lo más simple, el ser mujer. El cómo se puede transformar el alma de una mujer al presenciar atrocidades, el cómo se vive el dolor ante el sufrimiento del otro. Entiendo su valentía y su osadía y esas ganas insaciables de defender lo que aman. De extrañar a su familia, de intentar sentir odio por sus enemigos pero no ser capaz de no actuar ni de no ayudar a un alemán si ven a uno herido o hambriento, de titubear antes de matar a alguien porque aunque sea el enemigo, sigue siendo una persona. Eso sí lo puedo entender.

El que después de la guerra hayan tenido que volver a intentar reconstruir sus vidas, volver a la cotidianidad a pretender que nada las cambió, el casarse, el tener hijos, cada una intentando curarse interiormente a su manera, el tener que seguir adelante a pesar de esas experiencias que acabaron de vivir, eso me hace creer aún más en la fortaleza que como mujeres tenemos y que a lo largo de la historia muchos han tratado de apaciguar.


"La guerra femenina tiene sus colores, sus olores, su iluminación y su espacio. Tiene sus propias palabras. En esta guerra no hay héroes ni hazañas increíbles, tan solo hay seres humanos involucrados en una tarea inhumana. En esta guerra no solo sufren las personas, sino la tierra, los pájaros, los árboles. Todos los que habitan este planeta junto a nosotros. Y sufren en silencio, lo cual es aún más terrible".

11 comentarios:

  1. ¡Me ha llamado mucho la atención!, no conocía este libro, así que me lo llevo apuntado
    ¡Besos!

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  2. ¡Hola hola!
    No sabía muy bien donde dejarte este comentario. ¡Soy tu nueva seguidora! pásate por mi blog cuando tengas un ratito, espero que te guste ^^ http://diariodeunachickalit.blogspot.com.es/

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